Adieu

6:09


Ella quería suspirar y deshacer su pasado, quería un nuevo amanecer sin perjuicios, quería creer en un porqué. Pero cogió su gastada chupa negra de la silla y registró despreocupadamente sus bolsillos, contenían unas cuantas monedas envueltas en un tiquet de compra, una goma gastada para el pelo y un mechero que a duras penas chispeaba. Pensativa echó una ojeada a la habitación en busca del paquete de tabaco y las llaves, pero recordó que el mechero no funcionaba y revolvió cajones hasta encontrar una vieja cajita de cerillas, "MOTEL 15 de junio" era lo único que le daba distinción a aquella desgastada cajita. El paquete de tabaco estaba en el bolsillo de un pantalón sucio, abrió el paquete y se llevó un cigarrillo a los labios, tras dos intentos nulos consiguió encenderlo con una cerilla, dejando que el ligero humo danzara ante su rostro desapareciendo sin más por la ventana.

Incomodada descansó un instante en las butacas de la ventana, fumándose pausadamente aquel rollito de despreocupación, con la mirada perdida en la inmensidad de las estrellas. O lo que quedaba de ellas, pues la luminosidad que desprendía aquella ciudad convertía en casi imposible poder vislumbrar estrella alguna. Recordaba las noches de infancia donde sus leales amigas eran brillantes y orgullosas estrellas, y el aroma a jazmín era el oxigeno de sus noches. Empezó a buscar la osa mayor, quizás porque era la única constelación que sabía reconocer, y a duras penas podía verla, pero sirvió para esbozar un pequeño destello de luz en su triste mirada.

Sin darse cuenta el cigarrillo se había consumido, y tras una última calada lo apagó mientras vestía su chupa negra. Echó una última ojeada, las llaves seguían sin aparecer pero aquello no pareció importarle mucho, pues ya no servían de mucho unas llaves para un lugar al que no volvería. Se acercó a la puerta y se dispuso a abandonar aquel lugar cuando, por última vez, volvió sus ojos hacia su interior observando su último recuerdo, un cenicero lleno de colillas y el dulce aroma de su piel. Y cerró la puerta tras su mirada, pues no puedes suspirar y deshacer tu pasado, no puedes alcanzar un nuevo amanecer sin prejuicios y no puedes creer en un porqué que no existe. Pues él ya no volverá, pero si algún día lo hiciera tú ya no estarás ahí.



A falta de coraje tengo palabras de corazón que hablan por mi razón, no busco compasión por aquello que no merece ni mención.

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2 miradas

  1. Le temo a la edad pero deseo ver el día en que conquistes a los literatos con tu estilo. Sabes que tendrás todo mi apoyo para llegar a ser una gran escritora.
    Admiro tus textos y no es fácil causarme admiración... ^^

    un petonarru locaza (K)

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  2. ohhhhh! me los estoy leyendo todos y este me encanta! :)

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