Motel
16:16
Es extraño encontrarse ante un espejo manchado por humedad, ver como tu reflejo huye y desaparece tras sus manchas convirtiéndose en uno nuevo. En el reflejo de aquella vida que aún conserva esa dichosa esperanza promovida por la locura ciega, pero es la locura de la soledad la que acaricia tu rostro y sonríe tras oír la melodía de tu respirar.
Y su dulce aroma a jazmín envuelve tu cuerpo absorto por su caricia, haciéndote levitar sobre el suelo, pero al abrir los ojos la melodía cesa ahogándose junto tu pasado, y caes de nuevo con la llegada del anochecer.
Tras la ventana observas como la carretera permanece encantada bajo la parpadeante mirada del motel. Crees ser la única persona de este lúgubre lugar pero su risa recorre tu espalda refugiándose en tu oído, te giras y ahí está con su estúpida sonrisa.. Y te acercas abrazándolo con fuerza, a pesar de todo el tiempo que lleva junto a ti, su cabeza se conserva perfectamente en su frasco de formol.
Con tu sonrisa inocente lo devuelves dentro de la maleta, él y su mirada desaparecen tras la cremallera y de nuevo con una sola maleta en mano reemprendes tu camino entre en la oscuridad..
Él reclama su último aliento, poder levantarse de nuevo como antaño y oler el jazmín, observar como su sangre gota tras gota empapa la flor, mientras su perfume le nubla la vista.. Pero cayó, y entre llantos olvidó su nombre.
1 miradas
Puedo afirmar que todo ésto huele a jardín luxemburgués.
ResponderEliminarPd. Te invito a conocer Diario 2011, hay sandwichs de miga y bebidas gaseosas (de cola y anaranjada)